Una nueva ley sobre sociedades anónimas en Chile, motivó a los ejecutivos de la empresa a diferenciarse aún más en el mercado. Así, se deja atrás el nombre Emasa y se estrena Emaresa, con el apellido Ingenieros y Representaciones. Este paso a la adultez, también llevó consigo el traslado de las funciones a los primeros galpones de calle Santa Adela, dando una holgura operativa añorada por esos días. Mil metros cuadrados y un container, recibieron a un equipo de 27 personas, quienes continuaron trabajando focalizados en las áreas de Construcción, Forestal e Industrial.